Confiar en nuestro hijo
Algunos padres, deciden empezar con un teclado o piano digital porque es más
económico.
Creemos que este planteamiento es erróneo:
- Desde el primer momento conviene que el niño aprenda con el sonido y tacto de un instrumento “real y auténtico”.
- Comprando “un piano de verdad”, damos al niño el mensaje de que confiamos en él.
- Un piano de estudio, bien financiado, está al alcance de cualquier familia.
- Se puede volver a vender por poco menos de lo que ha costado (pero no lo recomendamos).
- También hay la opción de alquilarlo.
Un piano es una buena inversión y un amigo que nos acompañará siempre.
Comprar un piano
En la mayor parte de los casos, el piano es para toda la vida.
Por parte del vendedor necesitamos:
- Absoluta honestidad y competencia: la misma marca o modelo puede tener variantes destinadas a diferentes zonas climáticas o fabricadas en distintos países. Dos pianos “idénticos” nunca suenan exactamente igual. El vendedor tiene que conocer estas variantes y asesorar con sinceridad.
- Ser capaz de dar mantenimiento.
- Que trabaje con buenas marcas.
- El propio vendedor nos puede demostrar diferentes modelos.
Por nuestra parte:
- Pedir asesoramiento al profesor/a.
- Aunque no sepamos tocar, la simple pulsación de una tecla suele ser claramente diferenciable en cuanto a sonido y tacto.
- Dejaremos probar al niño.
- Dentro de una gama equivalente nos podemos inclinar por un tipo de sonido u otro. Esto lo decidimos nosotros después de escuchar y tocar.
- Actuaremos con generosidad: el piano es para siempre. Vale la pena invertir un poco y comprar “el mejor” dentro de nuestras posibilidades o alquilarlo.
- Importante: hay que afinar el piano, a ser posible, cada año.
”El piano se convierte en un miembro más de la familia”